lunes, 9 de noviembre de 2009

Danzaterapia

Danzaterapia de María Fux

A fin de este mes, volverá a actuar en Buenos Aires pero sepamos algo sobre sus enseñanzas...





María Fux creó hace más de cuarenta años una metodología con la que desarrolló su labor de artista en la danzaterapia. Dio con ello una gran ayuda a la discapacidad, ya que en sus métodos usa estímulos musicales y visuales, donde las imágenes promueven que los sordos dancen en integración con los grupos, dando la posibilidad de decir al cuerpo "sí, se puede".

Tiene centros de Danzaterapia con su nombre en Trieste, Florencia y Milán (Italia), y en Madrid (España).

Estos cursos de formación van dirigidos a todos los docentes que trabajan con distintas discapacidades, psicoterapeutas, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, psicólogos, fonoaudiólogos, profesores de danza y gimnasia, docentes que trabajan con síndrome de down y sordos.

La técnica del danzaterapeuta consiste en integrar a la persona a través de la sucesión de los movimientos, procurando darle confianza, impulsar su creatividad para dejar de lado el "NO PUEDO" y rescatar en cada uno el "SÍ PUEDO" del cuerpo. Permanentemente dicta cursos de creatividad en la danzaterapia para todas las edades y seminarios de formación en su estudio.

Temario de cursos:
·Desarrollar la percepción de sí mismo a través del movimiento
·Conocer, recuperar la unidad con el cuerpo
·Conocer y regular la propia energía
·Capacidad de sentir y emocionarse
·En busca del uno y del otro
·Estímulos no audibles
·Línea, color y forma como comunicación con el sordo e hipoacúsico
·La voz es cuerpo - Exploración del sonido cuerpo
·El niño adolescente y adulto en busca del lenguaje no verbal
·Sensibilización del adulto con problemas y del niño con problemas psicológicos
·Ejercitación en la capacidad de concentrarse - sentir - imaginar y expresarse
con uno y con el otro
·Improvisación - Reconocimiento de la música a través del cuerpo
·Importancia de la danzaterapia para el sordo e hipoacúsico
·Estímulos creativos para la tercera edad
·Ritmo interno - su relación con la palabra
·Proyección de videos


Qué es la Danzaterapia?

Soy una artista que, a través de un trabajo creativo, ha encontrado un método que logra cambios en la gente, mediante el movimiento. Lo único que hago es estimular las potencialidades que todos tienen. Yo nunca hablo de curar, sino de cambiar. Y cualquiera sea el tipo o gravedad de un problema, siempre habrá algo que se pueda modificar, aunque es preciso aclarar que el solo movimiento no hace que uno cambie, así como no todas las personas están necesariamente predispuestas a un cambio (en su cuerpo, en su sentir, en su vida) . Es un método de trabajo creado a través de mi labor de artista.

A través del movimiento se generan cambios que no son sólo físicos, sino que involucran activamente a nuestro cuerpo interno, muchas veces aislado, ignorado, con miedos o problemas tanto sensoriales como psíquicos. A través de los estímulos que doy se mueven y cambian los "no" del cuerpo, convirtiéndose en sucesivos "sí", en "esto que estoy haciendo me pertenece". Simplemente estimulo las áreas dormidas, que no acuden únicamente a través de formas auditivas, sino que todo el cuerpo es el protagonista.

Cuando bailamos expresamos no sólo la belleza, sino también los miedos, la rabia, la angustia, el dolor. Cada uno de esos estados son personajes que viven dentro nuestro y que pugnan por salir con la misma intensidad con que nos resistimos, muchas veces, a dejarlos aflorar o, tal vez, reconocerlos como propios. Y es a través de la danza, más que de la palabra, que logran encontrar esa salida."

No danzamos para gustar, sino para ser nosotros mismos, para poder crear, expresarnos y entregar a los demás, desde el principio y para siempre.

Trabajo mucho en el reconocimiento del propio cuerpo, en la alegría de la aceptación y en la posibilidad de expresión.


En mi trabajo apunto mucho la mirada al espejo interior. Cuando un estímulo logra sacar al alumno del espejo externo y encontrar una motivación que lo ayude a crecer, entonces cambia la propia imagen de un modo que abarca mucho más que la mirada hacia la aceptación.


Sabemos y aceptamos que el cuerpo ideal no existe, y nos vinculamos con el cuerpo expresivo, generoso, que cambia con el tiempo y con las emociones, que busca, que siente. Ese es el que nosotros trabajamos, aceptando los cambios del cuerpo físico, incorporando los límites, porque a medida que pasa el tiempo el cuerpo gana y pierde, reconociendo sus miedos y aceptándolos, siempre pensando que el apoyo está en un proceso de encuentro con el mundo interno, donde el movimiento tomado así produce cambio y alegría permanente. No apunto a los efectos inmediatos, porque éstos no brindan, en general, un bienestar duradero.

Todas las disciplinas corporales o gimnásticas que se valoran por los resultados físicos medibles e instantáneos no van más allá del momento, no llegan a la profundidad de una transformación y aceptación real, y su efecto (frecuentemente relacionado con la moda o la apariencia física externa) desaparece de inmediato, no pudiendo sostenerse a lo largo de toda la vida.

No hay una valoración de la persona en su totalidad ni en su unicidad (su ser único), sino un molde que funciona como modelo a seguir, por imposición externa, aún a fuerza de quirófano, anabólicos o hábitos que conducen a la anorexia. Sin ir a los extremos de la negación del propio cuerpo, lo que quiero significar con esto es que el verdadero bienestar es una victoria que se conserva a lo largo de la vida y, por lo general, se hace contagiosa hacia nuestro cuerpo, hacia nuestro ánimo y también hacia los demás, logrando cambios.

Lo que incluyo en mis clases tiene relación directa con las posibilidades de todos, es como un gran factor común que tomo, incluyendo todo aquello que sí pueden hacer los alumnos, cualquiera sea su condición física o psíquica. Mi danza sobre el escenario me dió las pautas de conocimiento necesarias para utilizar en las clases.

El alumno llega a conectarse con su cuerpo vivo sin imposición, sintiendo lentamente que su cuerpo abandona toda rigidez y puede estirarse o flexibilizarse, y esto, que lo ayuda a reconocerse a sí mismo, le va entregando una relajada y estable sensación de “sí puedo”. En algunos casos lo que estimulo, más que el movimiento en sí, es la sensibilidad, que conecta directamente con la posibilidad hacia adentro y hacia afuera. Lo que hacemos no es una gimnasia técnica, por lo que nadie queda al margen. En mis clases nunca muestro lo que sé o no sé, por eso lo que obtengo es siempre una respuesta que es un hecho creativo.

Para mí no existe lo sano o lo enfermo, muchas veces recibo respuestas que exceden en mucho la expectativa según las "posibilidades" de personas con grandes dificultades, mientras que con otros alumnos muy dotados hemos necesitado tiempos más largos para sensibilizar e introducirse en los más profundos rincones del cuerpo. , cada uno a su tiempo.

Siempre digo que yo no enseño, sino que trato de ser un puente de comunicación con mi experiencia. Yo doy esa experiencia de una manera viva y siempre encuentro receptividad en la gente. Vivo en una búsqueda permanente de cosas que resuenen en mi cuerpo, porque todo pasa primero por el propio cuerpo.


Fuente: http://www.mariafux.com.ar/



.

No hay comentarios: