miércoles, 23 de noviembre de 2011

un viaje en bus (simplemente)

LeoFDK 09

Hacia Santa María





"Los viajes son los viajeros, lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos...."
Fernando Pessoa



Todo viaje tiene su encanto y algo de aventura aunque uno no vaya a un sitio turístico. El lugar de partida Buenos Aires, el destino Santa María, Estado de Río Grande Do Sul, Brasil.



De noche la terminal de Retiro se sobrecarga con personas, gritos, equipajes, anuncios a los más diferentes destinos, el mío? Santo Tomé, Provincia de Corrientes ciudad fronteriza con Brasil. Viaje cómodo, películas previsibles y algún ronquido distante, hizo que la llegada casi ni se sintiera. Y allí estaba, bien temprano, en la pequeña terminal donde al amanecer ya se escuchaba un chamamé, esperando a mi contacto de la otra orilla del río que me iba a venir a buscar para cruzar el puente internacional y tomar otro bus hacia el interior de Brasil. De repente, aparecen Elizete y Neura, quienes con amabilidad un cálido portuñol me conducen hacia São Borja.


São Borja, es una ciudad de unos 70 mil habitantes, fundada en 1683 por los jesuitas españoles, en realidad integraba en conjunto de pueblos de esa orden que evangelizaba a los guaraníes.

Pocos vestigios quedan de su pasado, algo se puede ver en sus museos y en su moderna iglesia, pero sí en los pueblos de la región (todos con nombres de santos).


A propósito, si quieren visitar un buen sitio de pasado jesuítico, deben dirigirse a São Miguel das Missões, lugar declarado patrimonio mundial de la Humanidad por la UNESCO en 1983 y en cuyas ruinas se filmó en 1986 parte de la película "La Misión" protagonizada por Robert De Niro y Jeremy Irons. Para los interesados en la historia, existe como camino turístico la ruta de las misiones, que une los distintos poblados misioneros.


São Borja es conocida como la tierra de los presidentes, porque en ella nacieron Getúlio Vargas y João Goulart. Recientemente se inauguró un museo en la casa donde vivió este último, conocido por el pueblo brasileño como "Jango", depuesto por un golpe militar en 1964.

Tuve la suerte que las amigas, no sólo me cruzaron, sino que me orientaron y llevaron a recorrer la ciudad, contándome historias e interesantes detalles de la misma.


Dejé atrás São Borja en el primer bus disponible, a tiempo comprendí que era un "pega pega", de aquellos que paran en todos lados levantando gente en el camino.

Igual intenté disfrutarlo, el viaje me llevó por un sin fin de pueblos gauchos, que iba mirando acompañado por mi música como una "road movie": Santiago "A terra dos poetas", Jaguarí, São Pedro do Sul, etc. en un camino que comienza en planicie y que poco a poco se va convirtiendo en sierra. A mitad del trayecto entre tantos vendedores ambulantes, me quedé con una cinta que evocaba a Nossa Senhora Aparecida y el recuerdo de la imagen de un río que pude capturar en un instante.


Algo leí sobre Santa María: que era una ciudad universitaria, sede una de las mayores Universidades públicas de Brasil, la Universidad Federal de Santa María (UFSM) en la que cursan más de 15.000 alumnos, la cual posee un amplio campus con una gran infraestructura.

Se puede visitar en ella, la antigua estación de tren, (hoy Secretaría de Cultura) la Catedral de Nuestra Señora de la Concepción, el Teatro Trece de Mayo, la Catedral del Mediador de la Iglesia Episcopal Anglicana del Brasil, la Ciudad Belga, entre otros lugares.

Está asentada sobre un yacimiento paleontológico, es el lugar donde se encontró el primer dinosaurio "brasileño", Staurikosaurus (lagarto de la Cruz del Sur), que vivía por allí hace millones de años.




Llegué a Santa María luego de más de cinco horas de viaje, una ciudad de unos 200 mil habitantes ubicada en la mitad del Estado de Río Grande do Sul.


El cielo estaba oscuro plomizo y una pequeñas gotas anunciaban el cambio de clima de comienzos de la primavera, aunque su impecable rodoviaria parecía no notarlo. Allí estaba Luis, aguardando, con su inconfundible poncho al viento...


Poco a poco Santa María se abrió junto con su cielo y apareció un entramado de gratas sensaciones: la calidez de Albano y su lindo grupo de profesores, el disfrute de un café filosófico de la Casa Warat, una charla sobre ciudades con la presencia del prefeito y funcionarios locales en el medio de una exposición rural, lindos momentos compartidos y una cariñosa invitación para regresar a esa ciudad corazón de Río Grande Do Sul.









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1 comentario:

Jordana Ribeiro de Ávila dijo...

Leo, percebo que não fica longe de brasileiros por muito tempo. Um beijo, saudades.