sábado, 23 de noviembre de 2013

El mundo seguía su curso








El mundo seguía su curso


Sin saber casi nada
nuestros rumbos se juntaron.
El encuentro fue espontáneo,
y no necesitó de reglas,
ni de pesos ni medidas,
bastó pintar cuatro trazos
Y eso fue suficiente.

Salió así, de la nada,
un viaje que no era un viaje,
y mucho menos esperado.
Para bailar un tango,
se necesitan dos
Y como nunca esa frase
estuvo más acorde.

Empezó siendo pequeño,
etapa de pruebas y escaramuzas,
se generó una suerte de equilibrio.
No sé porque llamo equilibrio
A aquello que nada tiene que ver
con la física.

Cada uno en su partitura,
pero por sorpresa,
se generó una danza.
Se sucedieron coincidencias,
se aunaron destinos
y cada vez se hacía más luminoso
eso llamado presente.

Los días y las horas pasaban
muchas veces no existía el tiempo
y en otras daban ganas de pararlo,
aunque ambos sabíamos la fecha de vencimiento.

El mundo seguía su curso
y nosotros generábamos el nuestro.
Fue eso que no tiene palabras,
Que al partir el tren nunca pude explicar…

En la estación ya no hay nadie,
queda lo que no se puede ver,
sin embargo es nuestro,
sólo y tan solo,
para nosotros dos.



A.S.


No hay comentarios: