martes, 16 de noviembre de 2010

llegada

LeoFDK 010


El vagón estaba lleno de voces y miradas. Iba a una muestra que sin saberlo nunca vería.


El tren llegó demorado, casi como siempre. Atrás quedaron los pantanos, los vendedores ambulantes y el tumulto; y más atrás las jaulas de cemento de esa ciudad sin verde. La estación era de estilo, preparada para un apogeo ya distante. Caminé hacia la salida y tuve el primer contacto con la ciudad: unos frondosos jacarandás me dieron la bienvenida.


Le pregunté a un vendedor de plantas por la plaza principal y me dijo “ahí derecho” siguiendo el boulevard. No le hice caso, tomé otro camino subiendo una barranca.  Se veía todo desde otra perspectiva, los brillos se multiplicaban, caminé cada vez con más entusiasmo. Encontré una casa antigua con un paredón de ladrillos que decía “las cosas nunca son lo que parecen”. Seguí caminando, comenzó mi llegada.


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3 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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