martes, 9 de marzo de 2010

Fukuoka y sus bolitas



Masanobu Fukuoka un maestro en cultivar tierra en forma de vida sabia y espiritual. Esto lo ha llevado a ser muy conocido y apreciado en EUA, Asia y Europa.



Fukuoka nació en 1913 en un pueblito campesino de la isla Shikoku, en el sur del Japón. Fue entrenado en Microbiología y especializado como fitopatólogo. Trabajó como Inspector Agrícola de Aduanas, realizando ensayos de laboratorio en relación ala importación y exportación de vegetales. Allí conoció profundamente al Método Científico y su filosofía implícita. Durante la segunda Guerra Mundial trabajó como supervisor de agricultura científica con la tarea de incrementar la producción de alimentos.



A los 25 años de edad, entró en una profunda crisis existencial que lo llevó a cuestionar radicalmente el sentido de su vida, de la humanidad y del planeta. Descubrió que "la gente en su mayoría ya no es completamente humana y que la Naturaleza en gran parte ya no es completamente natural". Así, regresó a su pueblo natal, se dedicó a tratar de trabajar con la naturaleza, a prueba y error en su pequeña granja, hasta que logró un huerto natural que es al mismo tiempo un bosque, una hortaliza y un jardín, en donde conviven cerezos, duraznos, ciruelos, mirtos, acacias, verduras, arroz, plantas de olor, medicinales, y flores; y todo esto... sin labranza, no fertilizantes, no pesticidas, sin escarbar y sin podar.




Las bolitas de arcilla o “nendo dango”





Durante 60 años, Masanobu Fukuoka, ha desarrollado un método de agricultura natural, y ahora lo ha aplicado con éxito para frenar la desertización.


El método que propone Fukuoka para la reforestación (reverdecer) es la pildorización. Este sistema consiste en embadurnar semillas en una capa de arcilla, hacer bolas de arcilla de un grosor determinado dependiendo del tamaño de cada semilla.

El fin es el de protegerla una vez depositada en el terreno y evitar que sea alimento de pájaros, roedores y otros animales. Las semillas están así protegidas a la espera de la época lluviosa, en ese momento la arcilla absorbe el agua y la semilla la utiliza para poder germinar
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El nendo dango es una imitación de la naturaleza. Cuando tiramos nendo dango, sembramos como Dios. Cuando hacemos nendo dango hay que sentir que somos Dios. Cuando se hacen los nendo dango estamos metiendo alma en la bolita de arcilla”.

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